Historias reales de una sociedad en crisis | ||||||
Relatos de Muerte en vivo
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Es
un llamado a la conciencia el libro “Relatos de Muerte en vivo.
Historias reales de una sociedad en crisis” (edición marzo 2012), de
Alfredo Romero Mendoza
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Por Martha Colmenares | ||||||
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Es un llamado a la conciencia el libro “Relatos
de Muerte en vivo. Historias reales de una sociedad en crisis” (edición
marzo 2012), de Alfredo Romero Mendoza.
Páginas reveladoras de las muertes "que he palpado, observado y sentido en vivo", dice el autor. Como por ejemplo la del hijo de Mohamad Merhi (presidente y fundador de la Asociación Víctimas Venezolanas de Violaciones a los derechos humanos, asilado actualmente en Canadá). Ocurrida el 11 de abril 2002, fecha emblemática, referencia obligada en su obra, porque se "convirtió en lucha", porque despertó en las vidas sosegadas de muchos, sentimientos insospechables en defensa de la justicia, de la verdad. Otros nombres relucen con su cuota de dolor por la pérdida, compatriotas injustamente asesinados. A día de doy, en este país Venezuela, resistido a la derrota, pero que sin embargo donde “el miedo es la regla y la libertad de vivir en tranquilidad la Excepción” (Introducción, página 9, edición marzo 2012). Me encontré también con un poeta de profusa fuerza, mucho coraje. La narración se desborda en la palabra, en una especie de solemnidad ante la muerte su poesía muy vital, se incorpora más allá de su historia personal a otra que no le es propia pero tampoco ajena, una historia personal con una historia que está viviendo, y lo dice Alfredo Romero en las palabras iniciales: “estos relatos están hechos de vivencias propias y testimonios reales”. Diseño y diagrama a cargo de María Alejandra Domínguez Veracoechea; y el excelente concepto de portada, autoría de Luisa Brillembourg. Dedicado a Luisa, su esposa, a sus hijos, a sus padres, a sus amigos Mónica Fernández, Tamara Sujú, Robiro Terán, Gonzalo Himiob, Mohamad Merhi y Gustavo Tovar, a los compañeros amigos del Colegio Don Bosco de Altamira, a los Salesianos, y a Dios, “que sin Él la muerte no tendría sentido”. En la página 11: “Muchas veces desperté de un salto, con los ojos aguados de sólo imaginar este día. Hoy estoy viviendo esta pesadilla desde adentro, despierto. Una experiencia de muerte en vivo. Cargo esta urna de madera, con manillas incómodas de metal frío, que parecen estar allí para que se sienta el sacrificio de llevar un cuerpo fijo y pálido adentro, envuelto en madera. Madera que suena y que huele. Aquí estoy con mi traje oscuro, zapatos negros, bajo un sol penetrante. Intentando caminar al ritmo de los demás cargadores de este cajón pesado. Y otras personas que, por cierto, no sé quiénes son. Miro al piso para no tropezar con mis propios pies, llenos de la tierra que se levanta por mis pasos arrastrados, bailando este desfile del final del cuerpo. Camino por encima de las otras tumbas cubiertas de grama pisándolas, como si fuera necesario presionar la tierra para que no se agriete. Para que queden compactos los huesos enterrados y las carnes bien sembradas, con los ojos hacia arriba viendo pasar nuevas urnas por encima de ellos. Hoy, en medio de este silencio perturbador, recuerdo las enseñanzas que mi padre me ha dejado”. Fragmento del Capitulo I, “La muerte muy cerca”, que nos atrapa para continuar con serio compromiso como si fuera menester no perderse una sola línea del libro. Capitulo II Jesús Mohamad Capitulo III Gritos en la oscuridad: Juan Carlos Sánchez Sale a relucir ese gran hombre que fue el padre de Juan Carlos. Murió el 21 de septiembre de 2009. José Maria Sánchez Bravo, “nunca dejó de buscar justicia en el caso de su hijo” Capitulo IV La entereza: Priscilla “31 de marzo de 2004, cuando un grupo de víctimas y abogados entramos por las puertas del Tribunal Penal Internacional en la Haya, Holanda, a consignar una gruesa denuncia por crímenes de lesa humanidad cometidos por funcionarios del estado venezolano. Iba en su silla de ruedas, Priscilla Salas” Capítulo V Urnas blancas (se utilizan en este relato nombres ficticios Capítulo VI El llanto desesperado: la familia Díaz Loreto Capítulo VII "El mosquetero en la boca": Dahiana Capítulo VIII El precio de la muerte Capítulo IX Santo Tomás: ver para creer... Capítulo muy especial, se trata de "casos de personas que no han muerto, pero que se han sentido muy cerca de ello". Ellos, Estrella Castellanos, Jesús Soriano, José Tabares, Luis Chacín Sanguine, Gregoy Umanés, Dulce Bravo. Capítulo X Ráfagas de plomo: las guarimbas Menciona que resultaron asesinadas las siguientes personas (pag. 96), desde el 27 de febrero hasta el 5 de marzo del 2004: José Guevara Reyes Carlos Alberto Aumaitre Juan Carlos urbano Lugo José Manuel Vilas Liñeira José Guevara Reyes William Jesús Álvarez Evangelina Carrizo William José Alvarez Morales Bruno Viella Yormi Suarez Rivera Victor Damas José Luis Ricaurte Cuenta que "hoy en dia no existe un caso, un proceso judicial y menos aún alguna condena contra algún responsable por los hechos ocurridos. Lo que si hubo en esa oportunidad fue la detención y persecución de muchos ciudadanos por haber participado en protestas. Los testimonios de los sobrevivientes, grabados en video, se encuentran consignados en el Tribunal Penal Internacional de la Haya, en Holanda, en nombre de la Asociación Civil VIVE”. Capítulo XI Patria, socialismo o muerte Lo dijo Chávez al asumir el nuevo mandato de 2007 a 2012 junto a Evo Morales y Correa de Ecuador, un 10 de enero de 2007 Capitulo XII El chillido: muerte en mi oficina Capitulo XIII El llanto de las montañas Capítulo XIV Los ángeles, los fantasmas, los que no están Toca un tema que nos conmueve a muchos, "experiencias trágicas, de padres muertos y de madres muertas", que Alfredo Romero ha conocido y compartido. Capitulo XV El muertómetro Capítulo XVI El rugir de las entrañas: Franklin Brito El Epílogo es la huella de la esperanza, a través de la muerte de su padre y de las otras que en definitiva marcaron su vida, “han servido de enseñanza y de lamentable ejemplo de la crisis que en mi país se vive, crisis de muerte que nos obliga a una necesidad imperiosa de reconquistar la vida”. Es correcto, valoramos el estar vivos, nos lleva incluso a entender lo necesario del deber de tener que importarnos mutuamente. Así lo sentí. Por ello me resulta absolutamente inobjetable la referencia de Mohamad Merhi, el padre de Jesús Mohamad, en la contraportada: “Alfredo nos enseña con este libro a encontrar el sentido de muchas muertes que hemos vivido y en cualquier caso a evitar que las mismas pasen en vano”. Y como expresa Gonzalo Himiob Santomé en el prólogo: "Alfredo Romero se opone, al menos a la muerte como sinónimo de olvido". Como si se tratara del libro del ¡Prohibido Olvidar!, ese lema emblema de venezolanos de buena voluntad en su lucha, de llamado a unirse para procurar el reposo a todos aquellos que claman por justicia. Por eso decía al inicio que su libro es un llamado a la conciencia. Me complace muchísimo la existencia del libro “Relatos de Muerte en vivo”, caló hondo en mí, con su poder cautivador, con su carácter de nobleza impresa. Un gran acierto del abogado Alfredo Romero Mendoza, activista de derechos humanos, defensor de las víctimas de la violencia por razones políticas. Graduado de la Universidad Católica Andrés Bello, con maestría en Estudios Latinoamericanos, concentración en economía de la Universidad de Georgetown, Washington. Directivo de reconocidas asociaciones como Vive y el Foro Penal, serían apenas algunos aspectos de su brillante trayectoria, entre otros, designado en 2007 como joven líder mundial por el Foro Económico Mundial. Twitter: @marthacolmenare |
Saturday, June 30, 2012
RELATOS DE MUERTE EN VIVO
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